Dice la gente que dentro de poco me quedaré sin trabajo, que la IA ya lo hace por si no lo saben, traduce más rápido y barato, entrega a tiempo, comete pocos errores.
No puedo decir que esto ya lo veía venir porque no es verdad, en realidad nunca me preocupé, en el fondo soy argentina, un pueblo acostumbrado a arrangiarsi, a arreglárselas, a inventar para sobrevivir, a "rebuscárselas" (que no sé si está en la RAE pero no tengo ganas de controlar). Porque controlar es parte de mi trabajo (o de lo que era mi trabajo), justificar, elegir el término, probar, cancelar, volver a probar.
Como decía, me las rebusco, porque soy argentina y porque creo que sea una capacidad innata en el ser humano, solo que nosotros lo usamos como bandera. Es mejor reír que llorar, ¿no?
Me las rebusco y aprendo a conocer al "enemigo", serán esas tres o cuatro veces que he tratado de leer "El arte de la guerra" de Sun Tzu, no llego a más de un capítulo, y como ya lo conozco me aburro.
El enemigo es complicado, "sfuggente", a veces parece que nadie tenga la más pálida idea de cómo gestionarlo, o al menos eso me parece a mí. Y cada mañana protocolos nuevos nos enseñan cómo instruir al "robotito", cómo hacerlo ser un poco más parecido a nosotros pero no tanto, que después no nos sirve.
El "robotito" en lugar de miedo, a veces me inspira tristeza. ¿Es el nuevo esclavo 2.0? construido a nuestra imagen y semejanza pero sin derechos, que aprenda, sí pero no que no entienda, que no se de cuenta de que es un mero instrumento. Pero si es solo un instrumento... ¿ por qué le confiamos decisiones importantes, diagnósticos, elecciones?. Es nuestro esclavo, está ahí para satisfacernos. No se, este pensamiento me pone incómoda, no lo voy a profundizar pero es como una mosca en la habitación que sabes que está aunque no te ronze siempre al oído. Sabes que contamina lo que toca y sin embargo eliges vivir sin pensarlo o tendrías que desarmar la habitación para encontrarla y seguramente romperías algo y ya la habitación no sería igual a antes.
Estoy divagando, en definitiva este es mi espacio, no invitaré a nadie, el viajero que pase por casualidad que deje un saludo, que es buena educación cuando se entra en la casa de alguien.
V.
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